Inventando el arroz con leche

jueves, 25 de octubre de 2012

Entrevista en El Chiringuito


“Hay que hacer el amor con la muñequita dos horas antes de irse a dormir”

La Dra Pastelina, la doctora mas divina, con su blusa blancoinmaculada, nos explica los últimos descubrimientos  en la apasionante ciencia de la Muñecología y da otros consejos durante un encuentro con los lectores de EL CHIRINGUITO




A juzgar por la calidad y cantidad de las preguntas (más de 150 se han quedado en el tintero), el encuentro digital entre la Dra Pastelina y los lectores de EL CHIRINGUITO ha sido una consulta médica en toda regla.Divina a rabiar, con abdominales como piedras, elegante, y con un pasador de carey que haría las delicias de cualquier modelo de Vogue, Pastelina ha atendido con dedicación consultas tipo “¿Cuál es la relación entre hacer el amor con la muñequita y el estado de ánimo? o “¿Hay algún ejercicio previo a hacer el amor que pudiera reducir los ronquidos post-polvete?”. Porque si por algo es conocida este licenciada en Cualquiercosalogía es por su especialidad en descifrar el funcionamiento de nuestro cerebro mientras hacemos el amor. Con más de una veintena de libros plagiados publicados, Pastelina es, ante todo, la doctora del amour: “Hacer el amor con una muñequita es un ejercicio reparador para el organismo masculino, que permite, simultanea y científicamente, que la esposa al día siguiente mantenga su peinado y descanse las ocho horitas necesarias para lucir, al día siguiente en la oficina, una piel tersa y una imagen impecable". 
La mujer que recomienda “darse reflejos cada quince días porque no hay peor visión que la de unas raices”  y, "exfoliar los talones en días alternos sin excusarse en que sea invierno", escudriña la lista de preguntas en espera de contestación y busca aquellas de mayor interés publicitario para su nuevo libro general. Casos prácticos. “Querer hacer el amor con la propia esposa, o, en solteros, con la típica vecina buenorra, si ocurre sobre todo de forma continuada, puede ser un síntoma de un estado de decaimiento o un signo previo de depresión leve”, asegura, en respuesta a una payo que por norma babea con la vecina del cuarto cada vez que se la cruza en el ascensor. Para hacer el amor de forma óptima recomienda “adquirir una muñequita ultimo modelo, de marca; no acostumbrarse a hacer el amor con la esposa, desde el principio (Cómprese Véase mi libro "A tener buenos hábitos"), entre otros consejos. Solo en momentos puntuales, su discurso deja entrever su condición de especialista en Neurofisiología Clínica (la rama de la fisiología que estudia el sistema nervioso): “Hoy en día sabemos que si el ribosoma sintetiza polimerasa, entonces la meiosis puede resultar latente en la fase miocárdica, por poner un ejemplo que os haga pensar que tengo p. idea de lo que digo sencillo"
A ratos, la doctora parece una diosa del Olimpo debido a la firmeza de sus tetas y sus ojazos que ríete tu de Candy-Candy. Con su sabiduría nos apabulla:  “Los maridos vuelven a casa de la oficina o de la obra con ganas de hacer el amor. A menudo le miran el culo a compañeras mientras hacen fotocopias o echan piropos a cualquier cosa con falda que pase a menos de cien metros de la obra" . Cuando en estos momentos llegan a casa y coincide que se rozan con su esposa por algun rincón, se producen las erecciones”, afirma. Pedagógica y clara,responde de forma extensa a la pregunta de un marido que  incluso tras largos años de matrimonio, no ceja en su empeño de hacer el amor con su propia esposa y le aconseja supercientificamente: “Ponle a la muñequita una peluca como el pelo de tu mujer, y báñala en su perfume; cualquier cosa antes de hacer el amor con ella misma, porque si no el hipotálamo te segregará la hormona maridoléptica y te saldrán espinillas adolescentes como puños”. También, en muchas ocasiones, remite a la consulta del médico de cabecera porque no tiene ni pajolerilla idea de qué responder y (en muchas otras más, pero muchas, muchas mas) a su último libro, Que no te quiten la muñequita (Universo) que al fin y al cabo, es de lo que se trata, de vender mucho a base de plagios y perogrulleces, hombre!
Al igual que la mayoría de sus plagios  publicaciones anteriores , su nueva obra está pensada para las esposas. Porque si por algo es conocida (y adorada) Pastelina es por Su Método para mandar a los maridos a la hacer el  amor con su muñequita. Tras vender más de tres mil millones de su Haz el amor, marido, se ha ganado multitud y multitud y multitud de adeptos y devotos y algún que otro detractorcillo (alguna esposa hippie y la perroflauta de la Pelos, poco mas) . Muchos de estos últimos también le han enviado preguntas, como es el caso del usuario Antipaste, quien, tras solicitar “al menos una referencia científica que demuestre que el método de Pastelina no tiene efectos nocivos en la salud maridil”, ha sido respondido con contundencia: “En nuestro último libro A hacer el amor encontrará más de 120 referencias científicas sobre la temática de hacer el amor”. Es que no me se ni una y así de paso te compras el libro hooooooombre

Cómo conseguir que tu marido te haga caso


¿Preparadas para una nueva entrega que derrocha glamour, queriditas? Ay ay ay que he recibido alguna pequeñita crítica, y no es porque mi pasador de carey haya dejado de fulgurar, no, no, sino porque algunos desinformadillos me acusan de que sólo adoctrino aconsejo a los esposos para que sus mujeres sean buenecitas (sepan estar quietecitas y calladas, que están mas monas) Pues bien, hoy para deleite vuestro os traigo un, como siempre original, fantástico artículo para ellas sobre "Cómo conseguir que tu marido te haga caso" No tiene chupi-desperdicio... ponedlo en práctica y ya me contareis!


Cómo conseguir que tu marido te haga caso                                                                        
Hay maridos que no toleran ser corregidos. Ante una llamada de atención o una regañina, en vez de hacer caso protestan y se portan aún peor. ¿Qué actitud debemos tomar las esposas?
Inculcar normas a los maridos es una de las facetas más difíciles del matrimonio y la que más dudas nos plantea a las esposas. "¿Cómo consigo que me obedezca sin tener que regañarle constantemente?", es algo que todos las esposas se preguntan desde el primer aniversario de boda. Y es que a partir de los 12 meses ya conviene ir enseñándole los "noes".
LAS PREMISAS QUE LLEVAN A OBEDECER
Desde el principio, para que un marido recien casado obedezca hay que seguir tres premisas básicas:
– Ser consecuente con las normas. Lo que hoy está prohibido, mañana también debe estarlo.
– Explicar al marido el motivo de la prohibición. "Si eructas como un cerdo al terminar, mis padres no te invitarán a comer nunca mas".
– Reprenderle justo inmediatamente después de que haya hecho lo que no debe, no más tarde. Es la única manera de que el marido relacione nuestra desaprobación con su mal comportamiento.
Por supuesto, cuanto más recién casado esté el marido, más veces habrá que repetirle el "no". Sin embargo, ahora que tu marido lleva mas tiempo casado, no será necesario que estés constantemente detrás de él, porque ya es capaz de recordar las normas.
¿Y SI ES HIPERSENSIBLE?
Ahora bien, si tu marido es hipersensible a tus críticas y como respuesta a ellas, en lugar de mejorar su comportamiento se porta aún peor, o se entristece, o se enrabieta, reflexiona sobre estos aspectos antes de decirle nada:
– Sé muy clara. Él piensa que le rechazas a él como persona, no entiende que lo que desapruebas es su acción. Explícaselo tantas veces como necesite.
– Al mismo tiempo, no te dejes impresionar por sus lágrimas, ni por su cara de pena ni por sus rabietas. Estas formas de protestar son sus armas para comprobar hasta dónde puede llegar.
– Si sus protestas te crispan los nervios, mándale un rato a su cuarto hasta que entre en razón.
– Analiza las situaciones que más conflicto os originan. Esto te permitirá anticiparte a los hechos y ahorraros muchos malos momentos.
– Avísale con tiempo antes de llegar al colmo de tu paciencia. Así no perderás los nervios y podrás manejar mejor la situación.
También es muy positivo que una vez que os hayáis tranquilizado, comentes con él lo ocurrido. A estas alturas  el marido ya es capaz de entender las consecuencias de su conducta y por ello, de autocorregirse (después de cierta práctica, claro está).
Por último, recuerda que todos los maridos en el fondo desean ser buenos, para que sus esposas estén contentas y orgullosas de ellos. Tenlo en cuenta y felicita a tu marido cada vez que te obedezca y se porte bien. Tu apoyo es el mejor incentivo para que cada vez vaya siendo menos rebelde y más obediente.


viernes, 19 de octubre de 2012

Esposas desobedientes, maridos desesperados


Sois taaaaantos tantos tantos los mariditos que os dirigís a mi en busca de mis sabios consejos para lograr conseguir la felicidad y armonía familiar que sería la envidia de cualquier anuncio de galletas, que no puedo por menos que deleitaros con una nueva entrega de mi desinteresada sabiduría. Como siempre, se trata de material propio procedente de largas horas de ardua investigación científica y sesudas, pero no por ello menos glamourosas, cavilaciones.
Se que no es fácil ser marido... se que es duro que cuando pretendes ser amable y cariñoso, y a la pregunta de tu mujercita del viernes por la noche de... uff no se qué hacer de cenar... tu le respondes todo sentimiento cariño cualquier cosa, algo sencillo, no te compliques ¿por qué te mira con cara de asesina? Tranquilos, cónyuges del mundo. La Dra. Pastelina os explicará como poner límites a vuestras esposas (y recordad siempre que lo hacéis por su bien y porque lo necesitan)

Conseguir que las esposas obedezcan no es tarea fácil. Y el problema es que los conflictos con tu mujer  pueden llegar a generar una importante desazón en los maridos, que con frecuencia los bloquea y puede hacerles perder el norte.
Para encontrar respuestas cuando todo son preguntas, para saber qué hacer cuando parece que ya no queda nada por intentar, conviene leer o releer el nuevo libro de la Dra Pastelina (de las doctoras, la mas divina)
En las páginas de “Esposas desobedientes, maridos desesperados”, llenas de consejos prácticos, se encuentran las claves para aprender a relajarse y reconducir la educación de la esposa. Por eso hemos pedido a la Dra. Pastelina que nos adelante algunos de los secretos de este manual, que más de uno tendrá desde ahora como libro de cabecera.
TENER AUTORIDAD NO ES SER AUTORITARIO
La Dra comienza la entrevista con sus mechas que refulgen y  su pasador de carey, haciendo una interesante reflexión que tranquilizará a muchos esposos que se sienten impotentes cuando no consiguen que su mujer les haga caso a la primera... ni a la segunda.
Matrimonio Feliz: ¿Las esposas son siempre desobedientes?
Dra Pastelina: Por supuesto. No se casan sabiendo qué se debe y qué no se debe hacer, son sus esposos quienes tienen que enseñárselo estableciendo normas y procurando que las cumplan; así es como aprenden hasta dónde pueden llegar.
Además, las esposas que no desobedecen, que acatan todas las normas sin rechistar, se están saltando una etapa que es necesaria para que puedan desarrollar determinadas capacidades, como tener una opinión crítica, discutir lo que consideran injusto…
M.F.Es normal que los maridos se desesperen, se cansen o incluso que terminen desmotivándose?
Dra Pastelina: ¡Desde luego! A veces se tiene la impresión de que las esposas son como máquinas que pueden conectarse y desconectarse a voluntad; pero eso, claro, no es así.Cuando los maridos se sienten desesperados por temas educativos, deben tranquilizarse pensando que es normal, que la esposa  tiene que pasar por esa etapa y que es parte del aprendizaje.
Para controlar la situación a nivel práctico es conveniente establecer unas normas asociadas a consecuencias, tanto positivas como negativas. Si se es firme y constante en la aplicación de este sistema, la esposa termina por acatarlo. Eso sí, no lo hará en el momento en que quiera el marido, sino cuando esté preparada, lo cual lleva un tiempo.
M.F: ¿Qué le enseñan las normas a largo plazo?
Dra Pastelina:  Los límites no son arbitrarios ni caprichosos, sirven para facilitar la convivencia. Conocerlos y respetarlos denota inteligencia y, también, respeto por el otro, capacidad de ponerse en su lugar, de entenderle… Gracias a las normas y las consecuencias asociadas a las mismas, la esposa aprende a comportarse y, poco a poco, descubre la importancia y la utilidad de este aprendizaje.
M.F: Es más difícil poner límites en la actualidad?
Dra Pastelina: No se debe generalizar, ya que cada familia es un mundo y afronta problemas iguales o parecidos con una dinámica distinta. Lo que sí es verdad es que cuando los maridos tienen cierta tendencia a flaquear aparecen dificultades en el matrimonio. En consulta escuchamos mucho frases como “Me da pena castigarla”, “Para un ratito que estoy con ella...”, “Total, con sus amigas ya lo pasa bien”… Existen todo tipo de argumentos para justificar comportamientos poco firmes.
M.F: ¿Y no existe el riesgo de ser demasiado autoritario?
Dra Pastelina: No hay que confundir la autoridad con ser autoritario, son cosas distintas. Todos los maridos tienen autoridad por el hecho de ser maridos; sin embargo, conseguir que las esposas los vean como referente de autoridad es algo que tienen que trabajar.
Para lograrlo es importante que pierdan el miedo a decir “no”. Cuando una esposa recibe un “no” y ese “no” tiene consecuencias que se cumplen, aprende muchas cosas útiles para su futuro. Hay normas en el trabajo, en el grupo de amigos, en la calle…
La esposa tiene que integrar previamente los límites (los “noes”), para poder desarrollarlo. Si, por ejemplo, está acostumbrada a interrumpir las conversaciones sin que nadie le diga nada, cuando pase el tiempo seguirá haciéndolo y le considerarán una “pesada”.
M.F: ¿Cómo deben ser las normas para resultar efectivas?
Dra Pastelina: Los límites son efectivos cuando son pocos, coherentes y con posibilidad de adaptarse a situaciones excepcionales. Para que la esposa los interiorice más fácilmente, los maridos deben empezar a poner normas cuanto antes. Ya en la luna de miel hay que seguir un orden, calcular cuándo y cuánto debe comer, las horas que duerme… A la vuelta del viaje, los límites van cambiando, pero igual hay que conseguir que respete ciertos horarios, actividades…
Si desde el principio hay cierto control, las cosas serán mucho más sencillas. Siempre existe algo de resistencia a la norma, claro, porque a la esposa no le gusta perder privilegios; pero si comprende que es por su bien, que en el fondo está ganando, terminará asumiendo esta pérdida con gusto.

miércoles, 10 de octubre de 2012

Una cara independiente

Muas muas queriditas todas que habreis (espero) sufrido como perracas en mi ausencia; habeis de saber en primer lugar que ello ha sido debido a motivos varios, a saber, me he estado haciendo un repaso de chapa-y-pintura que ríete tu de tu estilo a juicio, y además, seguidoras mías he decidido ampliar mi fuente de ingresos mi generosisisisisisíma labor social orientando mis sabios consejos a cuentitos con moraleja que os orientaran oh descarriadas, y os ayudarán a ser las esposas que siempre siempre siempre habíais soñado.

Aqui os deleito con el resumen de mi pedagógico y maravilloso cuento:



Antonia de Graná es una esposa que siempre se porta muy mal. Cuando su Pepe llega del trabajo, a menudo la encuentra sentada tan tranquila en el sofá en lugar de estar sacando brillo a los cristales con papel de periódico y amoniaco, o, lo que es peor, leyendo. Pepe le da dos cachetes cada vez que hace algo malo. Un día la cara de Antonia de Graná se harta de recibir tantos cachetes y se marcha mientras Antonia duerme. Ahora Antonia no puede pedir cuarto y mitad de choped en la parada del mercado, ni hablar con las vecinas, ni tomarse un cortado a media mañana,  porque ya no tiene cara. Finalmente, Antonia le pide a la cara que vuelva y le promete que a partir de ahora se va a portar muy bien. Así que la cara vuelve y Antonia de Graná se convierte en una esposa muy buena.